Debido a que el envejecimiento normal de la piel, los cambios de peso, los embarazos, y el cigarrillo afectan la firmeza y elasticidad de la piel y el tejido mamario, no se pueden alcanzar absolutamente los mismos resultados en todos los pacientes.
Es común que en las primeras semanas haya disminución o incluso pérdida en la sensibilidad de los senos, pero en raras ocasiones esa pérdida es definitiva. Debido a que durante la cirugía de mamoplastia de reducción se manipula de manera directa la glándula mamaria, existe el riesgo de que en una lactación futura, se disminuya en mayor o menor grado la producción de leche, y esto va a depender, entre otros factores, del tipo de incisión utilizada y del estímulo que haga el infante durante el proceso de lactación.
Los cambios de peso influyen de manera directa en el tamaño de los senos, por lo que si usted presenta sobrepeso, es recomendable primero tratar de reducir algunos kilos, antes de someterse a la mamoplastia de reducción.
Si está pensando en una mamoplastia de reducción y posee 35 o más años, o antecedentes familiares de cáncer de seno , debe realizarse una mamografía previa a la cirugía.
En lo posible debe dejar de fumar 15 o más días antes de la cirugía, para mayor seguridad en el acto quirúrgico y más rápida recuperación.
Después de la cirugía es necesario utilizar un brasier deportivo, durante un periodo variable de 4 a 6 semanas.
En general la mamoplastia de reducción es poco dolorosa. El dolor es mayor las primeras 72 horas, pero mejora día a día, y se controla grandemente con la medicación para el dolor.
El uso de aspirina y algunas drogas antiinflamatorias puede aumentar el riesgo de hemorragias, por lo tanto no debe usarlas desde 10 días antes de la cirugía.
Las cicatrices resultantes son muy visibles (rosadas, duras, dolorosas a la presión, algunas veces gruesas) durante el primer año postoperatorio, pero después de este tiempo comienzan a volverse menos visibles, pálidas y blandas, en un proceso denominado “maduración”. El resultado final será una cicatriz un poco más pálida, o un poco más oscura que la piel sana. Mientras más tiempo pase, mejor será el aspecto de la cicatriz.
Cada año se realizan en el mundo miles de procedimientos de mamoplastia de reducción, y aunque la mayoría de estas cirugías son acertadas, existe el riesgo potencial de complicaciones.
Como en cualquier cirugía, los posibles riesgos y complicaciones son (no limitando sólo a estos): infección, sangrado excesivo, resultado insatisfactorio, alteración en la sensibilidad de la areola y el pezón, asimetrías, cicatrices anchas o queloide, y la necesidad de un segundo procedimiento en el futuro.
Complicaciones serias son muy raras, pero pueden presentarse como: sangrado excesivo debido a la magnitud de la cirugía, infección grande de las mamas, pérdida de vitalidad (necrosis) de áreas de piel o de la areola, o retardo en la cicatrización de las heridas.
La mamoplastia de reducción ofrece un cambio inmediato y notable en la forma y tamaño de sus senos. Sin embargo la cirugía también tiene desventajas como las cicatrices que aunque quedan ocultas debajo de la ropa, se notaran cuando esté desnuda.
Si sus expectativas difieren en gran manera de los resultados que se el ofrecen, o no está de acuerdo con las cicatrices planeadas, es prudente que reconsidere la operación.
Para reducir al mínimo estos riesgos, es importante que usted siga todas las instrucciones del doctor Maldonado antes y después de la cirugía.
Importante:
La información contenida en esta página web sólo es una introducción al procedimiento de mamoplastia de reducción, pero no debe ser usado para determinar si usted puede o no realizárselo, así como tampoco es una garantía de resultados. El mejor método de determinar la opción más adecuada para usted, es consultar directamente al cirujano plástico, Doctor Juan Carlos Maldonado, quien le responderá las preguntas específicas relacionadas con su caso en particular.